Sin duda alguna, el maestro de los maestros, sus letras son puro arte. Hoy por hoy, son pocos los artistas que hacen de su profesión bello lirismo. Joaquín Sabina es a todas luces poeta por excelencia cuyas composiciones son empapadas de una música sin igual.
Cualquiera que se adentre tan sólo un poco en su música, podrá darse cuenta de la inmensidad temática que aborda. No teme ningún estilo musical y es capaz de emular cualquiera.
Nuestros respetos para el maestro.
Uno de esos ejemplos de poesía pura, es la siguiente canción: la emoción y ternura que invade cada una de sus letras o suspiros culmina en uno de los tributos más grandes que se han hecho para alguien: Chavela Vargas, inconmensurable.
"En el bulevar de los sueños rotos
vive una dama de poncho rojo,
pelo de plata y carne morena.
Mestiza ardiente de lengua libre,
gata valiente de piel de tigre
con voz de rayo de luna llena.
Por el bulevar de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda.
Cuando Agustín se sienta al piano
Diego Rivera, lápiz en mano,
dibuja a Frida Kahlo desnuda.
Se escapó de cárcel de amor,
de un delirio de alcohol,
de mil noches en vela.
Se dejó el corazón en Madrid
¡quien supiera reír
como llora Chavela!
Por el bulevar de los sueños rotos
desconsolados van los devotos
de San Antonio pidiendo besos
Ponme la mano aquí Macorina
rezan tus fieles por las cantinas,
Paloma Negra de los excesos.
Por el bulevar de los sueños rotos
moja una lágrima antiguas fotos
y una canción se burla del miedo.
Las amarguras no son amargas
cuando las canta Chavela Vargas
y las escribe un tal José Alfredo.
Las amarguras no son amargas
cuando las canta Chavela Vargas
y las escribe un tal José Alfredo.
Por el boulevar de los sueños rotos"
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